lunes, 6 de mayo de 2013




Antesala en la estación Quimera

Entre las masas juegas a tocar mi corazón.
Caminas como rueda, arriba y abajo.
Fuentes con charcos de juguete,
Piedras simulando guerreros de sombra
Y llamas que queman cuando el viento sopla.
En multitud se aprecia un don divino,
Pero no se deja tocar y tras el vuelo de un ibis
Se esconde un camino de colores.
Por una ventana puedo ver la luz y la oscuridad,
Puedo ver el ruido de la vida;
Puedo ver la muerte del ruido.
Y tras la siguiente pagina
Un continuo baile de la pluma de un ave naranja.
De dolor solo cuartos flotantes quedan,
Como cajas empolvadas de soplos de memoria.

Qzean.

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