Antesala en la estación Quimera
Entre las
masas juegas a tocar mi corazón.
Caminas como
rueda, arriba y abajo.
Piedras
simulando guerreros de sombra
Y llamas que
queman cuando el viento sopla.
En multitud
se aprecia un don divino,
Pero no se
deja tocar y tras el vuelo de un ibis
Se esconde un
camino de colores.
Por una
ventana puedo ver la luz y la oscuridad,
Puedo ver el
ruido de la vida;
Puedo ver la
muerte del ruido.
Y tras la
siguiente pagina
Un continuo
baile de la pluma de un ave naranja.
De dolor solo
cuartos flotantes quedan,
Como cajas
empolvadas de soplos de memoria.
Qzean.
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